miércoles, 19 de junio de 2013

El Victorial: Niño y su pelota

Recomiendan los gurús de la autoayuda y gaitas similares que nos salgamos de vez en cuando de nuestra zona de confort, como ellos llaman a aquello sobre lo que sabemos al menos dos palabras seguidas. No me cabe la menor de que seguir semejante consejo es, no ya conveniente, sino necesario. Sin acciones fuera de nuestra zona de confort seguiríamos alrededor del fuego en nuestra cueva, felices y contentos. Parece claro que muchos de los personajes que nos han visitado en los último meses salieron de su zona de confort, pero vamos, que se alejaron decididamente de ella para no volver jamás. Por cierto, algún día dedicaremos un capítulo al origen de la frase "quemar las naves", tan española ella. Yo, que no reuniré en toda mi vida el valor mostrado por alguno de nuestros antecesores solo en un día, que soy de natural medroso y conservador, solo voy a asomar la nariz fuera de la zona de confort y además nada más que para una entrada, no vayamos a abusar.

Hoy vamos a conocer a un personaje curioso, bastante desconocido (creo) y que, aun guardando relación más que evidente con el temario que nos ocupa últimamente, lo hace en condiciones especiales. Para empezar, nuestro personaje de hoy nació en el siglo XIV y sus fazañas comienzan ya a finales de ese mismo siglo, aunque la mayoría son del XV. Además se da la curiosa circunstancia de que murió en 1453, lo que viene a coincidir en el tiempo con la Caída de Constantinopla, con la impresión de la Biblia de Gutenberg y con el fin de la Guerra de los cien años. O sea, que vino a morir con la EDAD MEDIA y actuó unos cien años antes del despliegue de las conquistas. Eso cuenta como salirse de la zona de confort, ¿no?

Así pues, suenen los laúdes y los pífanos, que retrocedemos al siglo XIV para conocer a... Pero Niño.

El Victorial

El Victorial
Dicen que detrás de cada gran hombre suele haber una gran mujer, seguramente es más que cierto. Lo que es cierto seguro, pero seguro, seguro, es que debajo de cada gran hombre suele haber un gran pelota; si no tenéis identificado al vuestro es que aún no habéis alcanzado el nivel de grandeza necesario para tenerlo. Pero Niño tuvo el suyo, de nombre Gutierre Díaz de Gámez que, aparte de su afición por el goma-suri, legó un documento interesantísimo: el Victorial, crónica de la vida de don Pero y de su época en general. El manuscrito original se conserva en la Biblioteca Nacional de España, a ver si un día de estos me presento allí, me saco el carnet y me lo llevo a casa un par de semanitas. 

El Victorial cuenta las andanzas de Pero Niño desde su infancia hasta su retiro de la vida pública y fue escrito por el alférez del conde, don Gutierre Díaz de Gámez. Como os podéis imaginar, don Gutierre no fue demasiado crítico con don Pero en la redacción de su biografía, así que hay que establecer un cierto factor de corrección a la hora de digerir el texto. Os adelanto que yo prácticamente no lo he aplicado, os lo dejo a vosotros. Lo que sigue está sacado de varias fuentes, pero todas beben a su vez del Victorial .

Pero Niño, Conde de Buelna

Pero Niño nasció a principios de 1378, hijo de Juan Niño e Inés Laso, que debía tener reconocida capacidad láctica, ya que al año siguiente fue tomada como ama de cría del primogénito de Juan I de Castilla y Leonor de Aragón: Enrique, Enriquito, por entonces. Puesto que era bastante anormal que una mujer noble se dedicara a amamantar niños ajenos, doña Inés recibió por aquella labor una pasta gansa de la época, bienes por valor de unos 50.000 florines, incluyendo las villas de Cigales, Berzosa y Fuente Bureba. Desconozco el tiempo que duró la cría, así como el consumo medio de un niño castellano de la época, así que no he sido capaz de calcular el precio que doña Inés sacó por litro suministrado. Lástima.

"En el nombre de Dios Padre, e fijo, é espíritu santo &c. Por ende nos acatando esto queremos que sepan por este nuestro previllejo todos los omes que agora son ó serán de aquí adelante como Nos don Juan &c., reynante en uno con la reyna Beatriz mi muger, é con el infante don Henrique mi fijo (...) conosciendo a vos Juan Niño é Inés Lasa vuestra muger, amos del dicho infante don Henrique mi fijo, é por la crianza limpia y noble que en dicho infante ficistes (...) damosvos e facemos bien é merced é donacion de los nuestros lugares de Cigales, que es en el infantazgo de Valladolid é de Berzosa é de Fuente Burueba, que son en la Merindad de Burueba, para que los ayares por juro de heredad para siempre jamás para vos e vuestros fijos legítimos que de vos vinieren..."

A los 10 años de edad el rey Juan I le puso a Perito un ayo para que le cuidara y enseñara. En el Victorial aparece una serie de consejos y enseñanzas de las que el niño Niño recibió. De lo más instructivo.

A partir de 1394 tenemos ya a don Pero, a la tierna edad de 16 años, batallando por el rey en Gijón, en Portugal y en Pontevedra, donde se había sublevado el arzobispo de Santiago (¡País!¡Hasta los arzobispos se sublevan! Éste, por cierto, acabó pasándose a Portugal. Juan García Manrique, se llamaba). Poco después se casó con Constanza, viuda de Diego de Velasco, que no le duraría mucho, la pobre. En 1397 actúa en el sitio de Alcántara y al año siguiente en la toma de Peñamoçor, en ambos casos sirviendo ya a su hermano de leche, por entonces Enrique III "el Doliente". En fin, una adolescencia de lo más normal...En este punto saltaremos algunos años para reencontrarnos con don Pero en 1404, hecho todo un caballero y ya viudo.

El Mediterráneo

Galera Castellana (de la Wiki)
En ese año, Enrique III encarga a don Pero su primera gran misión, que fue hacer una limpieza en el Mediterráneo. La imagen que tenemos de la Edad Media no es precisamente la de un periodo en el que el aseo personal y del entorno fuera una prioridad, pero aún así no creo que fuera necesario descontaminar los mares. A don Pero le mandaron a la caza de corsarios, así que comenzó sus días de marino partiendo de Sevilla en primavera de 1404 con tres galeras bajo su mando, el de su primo Fernando Niño y el de Pero Sánchez de Laredo. Como era habitual por entonces, Pero comandaba la expedición y a sus 30 soldados, pero llevaba con él un marino genovés y un jefe de remeros sevillano para los asuntos de la mar. Pasaron por Gibraltar y Málaga, aún en poder del Islam, pero con las que había tregua por entonces, así que fueron bien recibidos por los moros, que les ofrecieron la adiafa. Con base en Cartagena salieron en busca del pirata Juan Castrillo, que andaba pirateando a pachas con un tal Amaynar. Los fueron a localizar cerca de Marsella a finales de Junio, pero los corsarios se refugiaron en el puerto, donde el antiPapa Benedicto XIII (el papa Luna) los protegía, así que don Pero se quedó sin captura. Además enfermó de fiebres, circunstancia que aprovecharon los piratas para poner pies en polvorosa. Una vez recuperado, don Pero supo que los malos habían partido hacia Córcega o Cerdeña y allá que se fue tras ellos. Y ¿que pasa tarde o temprano cuando un español surca los mares en busca de gloria y fortuna? Exacto:

"Los marineros encomendáronse a Dios, é dieron remos de luengo, é guindaron los artimones, é calaron timones de caxa, é alzaron velas, é pusieron los timones fuertes homes que los gobernasen é fuesen sabidores dellos. Todavia se metia el viento mas fuerte é con la grand fuerza de las holas trocaronse los timones de caxa en la galera del capitan, e era la galera a punto de se perder. Llamando todos a Sancta Maria que los acorriese, cobraron los timones é amaynaron la vela, é lanzaron toda la gente so sota, é echaron las escotillas al escandelar é á todas las centinas."

El amigo Gutierre sería un pelota, pero desde luego a preciso en el relato no le ganaba nadie, especialmente en los asuntos de la mar. Volviendo a lo nuestro, sea por la virgen o por el buen hacer de los marinos, las galeras llegaron al Alguer, en Cerdeña, donde don Pero se encontró al pirata Nicolao Ximénez de Cáliz, pero tampoco pudo meterle mano debido de nuevo a los ruegos de los lugareños, en este caso aragoneses. Parecía que en esa zona sus opciones de gloria eran más bien reducidas, así que tras algún altercado menor puso rumbo a Túnez. Allí sí que consigue ocasión para cubrirse de gloria (y Gutierre para narrarlo a su estilo):

"El buen caballero, viendo que no tenía ayuda sino de Dios, é que á él solo convenia deliberar aquel fecho, peleó tan fuertemente, que es una cosa muy dura de creer, salvo aquellos que lo vieron. Dió tan fuertes golpes, é firió y mató á tantos, que en poca de hora desembargó la gente, é los levó delante de sí fasta la mitad de la galera. Allí prendió á su arraez, que es el almirante; é ferido le fizo estar quedo en un lugar que nunca de allí se osó partir. E venia ya el dia claro, y vieron los moros que un solo ome facia aquel daño todo en ellos: volvieron á él como canes rabiosos (...) é fue a ellos como va el león a la presa, firiendo e matando en ellos levándolos por la galera adelante horrada ya fasta la popa. (...) Allí fue ferido Pero Niño de grandes feridas"

En efecto, Niño fue ferido, pero continuó con sus movimientos, de destrucción más que de captura, por el norte de África (Annaba, Mazalquivir, Orán...) hasta terminar la campaña. A su vuelta a Sevilla su herida había empeorado y quisieron cortarle el pie, "no lo consintiendo él".

La campaña por el Mediterráneo no se repitió, pero no fue precisamente escasa de acciones para una sola temporada. Que fueran o no productivas es otro cantar.

El Atlántico

En 1405 nació Juan II de Castilla, que sucedería a su padre (Enrique III, el hermano de leche de don Pero) a la tierna edad de 1 añito. Juan II, por cierto, murió en Valladolid, pero está enterrado en una ciudad como Dios manda. Buscad, buscad...

Batalla de la Rochela
Bueno, que me lío. Ricardo II de Inglaterra ya había fallecido, o le habían fallecido, y había ascendido al trono Enrique IV, que a su vez era hermanastro por parte de padre de la madre de Juan II de Castilla, esposa de Enrique III, doña Catalina de Lancaster (o Alencastre, como aparece en el Victorial). Todo muy sencillito, como véis, pero aún se puede complicar más. Resulta que la muerte de Ricardo II había reavivado las "discrepancias" entre Francia e Inglaterra sobre Normandía y la Guyena, así que Carlos de Francia pidió a Castilla el acostumbrado socorro marítimo para enfrentarse a los ingleses. De nuevo Pero Niño comanda la misión.

Don Pero salió con tres galeras desde Santander, acompañado por Fernando Niño y por Gonzalo Gutiérrez de Calleja, Tras ellos partiría una flota de 40 naos comandada por Martín Ruiz de Avendaño, seguramente descendiente del que casi 30 años antes había participado en la conquista de las canarias, quicir, las Canarias. Bueno, también de las canarias. Quedaron en encontrarse en la Rochela, lugar de la famosa batalla entre Rui Diaz de Rojas y el conde de Pembroke, pero Pero no perdió el tiempo y en su trayecto hacia el norte remontó el estuario de la Gironda y atacó Burdeos, capital de los ingleses en la zona, quemando más de 150 casas. Al llegar a la Rochela hizo buenas migas con el francés Sebasil y unieron sus escuadras para lanzarse sobre Inglaterra; sin embargo Avendaño, que ya había llegado, se negó a tal, en buena parte porque su labor era de apoyo siempre que no comprometiera el propósito probablemente mercantil de su flota. En resumen, que Niño y Sebasil pusieron ellos solos proa a Inglaterra.

En concreto anduvieron moviéndose por la costa Suroeste de Inglaterra, Cornualles y tal. Para empezar arrasaron un pueblo llamado "Chileburgo" (Nota: he intentado localizar este pueblo de varias formas. Hay autores que lo ubican en el actual St. Ives, pero por la descripción a mi me parece más probable que fuera cerca de Helford donde hay un paraje llamado "Little wood") y de ahí navegaron a Dartmouth, donde Pero quiso desembarcar, pero Sebasil le recordó el desastre de Guillen de Castel en ese pueblo. Desembarcarse no se desembarcó, pero don Pero se despachó a gusto:

"No facen la guerra broslados nin forraduras, nin cadenas nin firmalles más puños duros e omes denodados"
Ruta de Niño + Sebasil (1405). De Harfleur a Chileburgo hay 400 km.
A remo.
De ahí a Plymouth, donde fueron rechazados por artillería en tierra, así que siguieron hasta Portland, donde sí desembarcaron, hicieron algunos prisioneros y los franceses quemaron la población, a pesar de la oposición castellana. Desde allí continuaron hacia Poole, donde se asentaba el pirata Harry Page (conocido por los castellanos como Arripay, ¡arriquitaun agromenauer!). Este especímen había asaltado y destrozado Gijón y Finisterre, de donde se había llevado la cruz de Santa María, así que en el desembarco la orden era no hacer prisioneros y reducir el pueblo a cenizas y, más o menos, eso fue lo que ocurrió.

Tras esta acción, se decidió retornar a invernar en puerto francés, pero Niño, que venía con el ánimo crecidito, sugirió remontar el Támesis y llegar hasta Londres, cosa que hicieron de inmediato... salvo que se equivocaron de rio y en lugar de divisar Londres vieron Southampton. Si de verdad ellos creyeron haber estado en Londres o no... no lo sé, pero escrito quedó que vieron Londres antes de regresar a Harfleur (en la desembocadura del Sena), no sin antes aprovisionarse en Jersey.

Durante unas semanas fue el invitado de honor del Almirante de Francia y de su esposa y llegado el invierno se desplazó a París, parece que esta vez atinando con el río que tenía que remontar. Carlos VI de Francia sufría demencia ocasional y parte de sus funciones eran ejercidas por un consejo compuesto por los duques de Orleans, Borgoña, Berri y Bourbon, ante los que Pero exigió el pago por los servicios prestados a la corte de Francia. No sin algo de trabajo consiguió el pago y luego pasó un tiempo en París haciento algo de turismo (del de la época: entreteniéndose en justas y lisiando a quien podía).

Cuando se cansó de justas volvió a Ruan y se encontró con que su amigo el Almirante había muerto y su mujer, Janeta de Belangas, Madama de Girafontaine, estaba triste y sola. Con los dineros que había cobrado de los Duques pagó parcialmente a sus hombres y completamente a doña Janeta, con la que acabó concertando matrimonio para dos años después, pues no estaba bien visto que la dama se volviera a casar tan rápido y él necesitaba tiempo para guerrear un poco más. Un fiera, don Pero.

Acordado el matrimonio, Pero comenzó una nueva campaña contra Inglaterra y, ¡atención! en esta ocasión conocemos no sólo el día exacto de su partida sino hasta la hora aproximada. Sabemos que justo al salir de Ruan el sol se oscureció completamente (nosotros sabemos que por un eclipse, ellos tal vez no), así que dejadme que haga algunos cálculos... un momento... ya casi está...  salieron de Ruan el 16 de Junio de 1406 a eso de las 06:00 (UT) (¡QUÉ CASUALIDAD!¡HACE  JUSTO 607 AÑOS HOY, QUE ESTOY ESCRIBIENDO ESTO!). Otra casualidad más, Ruan estaba justo, pero justo, justo, en el límite de la zona de eclipse total.

Tras reunirse con su cuate Sebasil de nuevo en Harfleur, se movieron por la costa continental del Canal de la Mancha, pasando por Picardía que, no penséis mal, es una región del norte de Francia. Desde allí decidieron hacer otra campaña en Inglaterra, pero no en la costa de Cornwall, donde estarían prevenidos tras lo sucedido el año anterior, sino más hacia el este. Cuando se pusieron a cruzar el canal una tormenta los empujó hacia Flandes, así que Pero acabó visitando a los mercaderes castellanos asentados en Brujas. De ahí volvieron a Calais, por entonces en manos inglesas, pero fueron rechazados con artillería.

Un nuevo intento de pasar a Inglaterra dio lugar a una batalla naval verdaderamente interesante y, en parte cómica. La flotilla de galeras y balleneros franceses de Niño y Sebasil de dio de morros con una flota mayor y de naves más grandes comandada por Arripay (¡arriquitaun agromenauer!). Niño debía ir con la vena hinchada y convenció a Sebasil para lanzarse al ataque aun estando en clara inferioridad tanto numérica como táctica:

"El que oviere miedo eche á fuir, que de esta vez ó ellos llevarán á nos á Inglaterra, ó nos a ellos para Francia, ó morirá quien Dios quisiere"

La batalla comenzó con ausencia de viento, pero cuando éste se levantó los ingleses terminaron aprovechando su mejor posición, ante lo que las naves castellanofrancesas se vieron en una situación manifiestamente mejorable, dieron media vuelta y salieron para Francia a carajo sacado. Don Pero, que debía estar el hombre echando aún espumarajos por la boca y casi abordando el sólo a los ingleses, sólo se dio cuenta del asunto cuando su propia galera, desoyendo sus órdenes, intentó salir de allí como pudiese, aunque un poco tarde, así que sólo pudieron salvar el trasero gracias a una arriesgada maniobra de uno de los balleneros que les acompañaban. Según Gutierre de Gámez, si el viento hubiera aguantado otra horita en calma, toda la flota inglesa habría caído (y no era una flota cualquiera, una de las pasajeras era Felipa, hija de Enrique IV de Inglaterra, que a la tierna edad de 12 años viajaba para casarse con el rey de Dinamarca).

Tamaña frustración había que rebajarla con algo gordo, así que Niño se alió con Bretones y Normandos para invadir la isla de Jersey. Don Pero desembarcó con su gente en un islote que se comunicaba con la isla principal cuando la marea estaba baja y, retomando la frase que poníamos al principio, no quemó las naves, pero mandó que se alejaran de la costa para evitar tentaciones de huida. Bueno, también dio orden de disparar contra los que lo intentaran...En total desembarcaron 1.000 castellanos (+Bretones y Normandos) de a pie para enfrentarse a 3.000 ingleses con 200 caballos.

"La pelea era tan fuerte, é la priesa tanta, que el que mejor iba tenía asaz trabajo: é tan buenos eran de amas partes, é tan a voluntad lo avian, que si non por un seso que Pero Niño tomó, en poca de hora se acabaran todos los unos á otros, que muy pocos quedaran vivos"

El "seso" que tomó don Pero fue mandar una escuadrilla a matar al jefe de los ingleses, tras cuya muerte las líneas se descompusieron y el enemigo acabó saliendo por piernas. Tras la victoria, lo que le resultó difícil a don Pero fue recuperar a su gente, que se dio inmediatamente al pillaje, así que hubo de cazarlos a lazo. La conquista total de la isla no era viable, ya que en ella había 5 castillos bien defendidos, así que los asaltantes se conformaron con el pilaje realizado y el pago de una compesación por parte de los habitantes de Jersey. Con las mismas, se largaron hacia Brest, donde Pero recibió órdenes de volver a Castilla, dando fin a sus andanzas marineras, que no guerreras.

Castilla: El retonno y desenlace


Pero vuelve a Castilla en 1406, antes (pero por muy poco) de la muerte de Enrique III. Durante un tiempo Pero siguió sirviendo a Castilla y a su regente, Fernando de Antequera, hasta que un temita de faldas enturbió el asunto. En efecto, en 1409 Pero conoce a Beatriz de Portugal y, tras liberarse del compromiso que había adquirido con la de Girafontaine, la corteja. Parece ser que la independencia de caracter de ambos (Beatriz y Pero, que no estaban por la labor de que en "lo suyo" mandase también el regente) acabó con Pero desterrado y Beatriz encerrada. Afortunadamente para ellos la cosa se suavizó y finalmente pudieron casarse en Cigales, llevando a partir de ahí una vida normal como cortesanos de Castilla hasta la muerte de don Pero, en 1453 como se ha dicho.

La guerra de los 100 años fue un carajal de marca mayor que condicionó casi todos los acontecimientos europeos durante 116 años. Las acciones de Pero Niño en el Atlántico se enmarcan dentro de esta guerra, aunque la participación de Castilla fuera limitada.

Hay una interpretación, a mi juicio errónea, que realaciona unos versos de una de mis canciones muy favoritas con la guerra de los 100 años, así que actuemos de herejes (nunca mejor dicho) y cerremos con sus satánicas majestades a ritmo de samba:


"...I watched with glee
while your kings and queens
Fought for ten decades
For the gods they made..."