martes, 29 de octubre de 2013

La pedorreta: Edward y Blas


Ésta no cuenta como entrada completa del blog, volveremos a los temas tradicionales en la próxima, que será nuestra... creo que 18ª entrada sobre hechos curiosos de la historia.



Hace unos días tuve la oportunidad de pasar un fin de semana en Londres con unos magníficos amigos, sufridores habituales de mis batallitas del abuelo. En esta ocasión, además, sufrieron mi obsesión por hacer una visita un tanto peculiar en una ciudad tan extraordinaria como Londres: yo tenía la firme intención de hacerle una pedorreta al monumento al Almirante Vernon, sito en la abadía de Westminster. No, no parece éste un deseo de un ciudadano adulto con cierto saber estar, es verdad, lo admito, pero uno, a veces, debe permitirse ciertos comportamientos algo infantiles para mantener joven el encéfalo. 

Evidentemente, el interés deriva de la entrañable amistad que se generó entre Vernon y Blas de Lezo en los escasos meses en que mantuvieron relaciones de proximidad, allá por 1741.

Bien, antes de ir a Londinium no tuve mucho tiempo para preparar el viaje y lo único que sabía es que este monumento (que no tumba) no era en absoluto de los más vistosos de la abadía y que estaba en el brazo norte de la cruz que forma la planta de la Iglesia. Bueno, no puede ser tan difícil. La iglesia de la abadía no es desmesuradamente grande y además teníamos a Vernon acorralado en uno de los brazos cortos de la cruz...¡ya eres nuestro, Vernon!

Dibujo del monumento a Vernon
Nunca hay que cantar victoria antes de tiempo (que se lo digan a Vernon, jejejejeje) y este es un caso claro. Hacía mucho que no entraba en Westminster y no recordaba que fuera tal lío de monumentos colocados sin ton ni son. Por un lado está muy bien eso de recordar el pasado glorioso o dizqueglorioso de un país, pero me parece que a estos británicos se les ha ido la mano y el interior de la iglesia parece ahora un pastiche bastante irregular de placas, estatuas y recuerdos de los que muy pocos se salvan (la lápida del soldado desconocido, el monumento a Newton y poco más). Para acabar de rematar la faena, Londres estaba invadido por hordas de turistas y Westminster no iba a ser menos, así que andar por las naves era un suplicio. Por supuesto, nada de todo esto iba a hacerme desistir de mi tarea, así que mientras mis amigos curioseaban siguiendo la audioguía, yo me dediqué a husmear por el North Transept, en busca de don Edward

Tras una primera inspección, el Almirante no había dado aún la cara pero, por fortuna, en Westminster hay numerosos voluntarios dispuestos a consultar en un librillo cualquiera de tus preguntas así que me aproximé a uno, que me redirigió a otro, que llamó a un tercero que tenía el librillo. Consultamos juntos el mapa y resulta que Vernon está justo a la izquierda de la entrada para los que pagan en metálico (hay dos entradas, una para pago en metálico y otra para pago con tarjeta, yo había pagado con tarjeta), exactamente en la esquina noreste del crucero norte. Ahora sí...¡ya eres nuestro, Vernon!

Volví a la zona indicada abriéndome paso entre la corriente de turistas en dirección contraria y rogando a otro par de voluntarios que se quedaran con mi cara ya que para llegar a la esquina de Vernon tenía que saltarme un cordón de seguridad a la ida y, lo que más me preocupaba, a la vuelta. Bien, por fin había llegado a la esquina en la que sabía estaba el monumento pero ¿donde está exactamente? En la esquina en cuestión había ... UNA TAQUILLA. En efecto, dentro de la Abadía, justo en esa esquina, está ubicada la taquilla en la que se compran las entradas si pagas en metálico, como os he dicho antes. Como en tantos otros sitios, no se trata más que de una estructura de dos paredes de madera con una puerta y una ventana por la que atienden a los visitantes y que cubre una superficie de unos 5 m2, más o menos. Según el plano que me habían enseñado, Vernon estaría DENTRO de la taquilla. Afortunadamente para mí, la puerta estaba entreabierta, así que me acerqué, miré y... en efecto, allí estaba el monumento y la placa con el texto que ya antes había leído y del que entresaco:

"In the war with Spain of MDCCXXXIX he took the Fort of Porto Bello with six ships, a force which was thought unequal to the attempt. For this he received the thanks of both Houses of Parliament. He subdued Chagre, and at Carthagena conquered as far as naval forces could carry victory"
(En la guerra con España de 1739 tomó el fuerte de Portobelo con seis barcos, una fuerza que se estimó insuficiente para el intento. Por ello recibió el agradecimiento de ambas cámaras del Parlamento. Sometió Chagres y en Cartagena llegó tan lejos como las fuerzas navales podían alcanzar la victoria)

El monumento está justo detrás del taquillero, que tenía su hombro derecho prácticamente apoyado sobre la obra del escultor Michael Rysbrack. Mientras pensaba si sería conveniente saltarme las estrictas normas de la Abadía y hacer una foto de la impagable escena que presenciaba, se me acercó uno de los vigilantes, afortunadamente antes de que intentara siquiera sacar la cámara. Obviamente no era normal que alguien se quedara en ese punto mirando al interior de una taquilla por la que miles de personas pasan cada día y pagan 18 GBP por barba. Ante la mirada inquisidora del vigilante (recordad que minutos antes le había pedido que se quedara con mi cara para dejarme volver a la nave principal), volví lentamente a la marea de visitantes en busca de mis compañeros de viaje, mientras silbaba "El puente sobre el río Kwai".

Mira que hay monumentos en la Abadía, mira que hay espacio y puertas y recovecos en los que poner una taquilla y la han tenido que poner justo ahí, tapando el monumento dedicado al protagonista de uno de los mayores ridículos de la historia del Reino Unido. ¿Casualidad?¿Maquiavelismo?¿Justicia poética?

Y ahora os preguntaréis ¿y la pedorreta? Pues no la hubo, ni real (que no la hubiera habido en cualquier caso), ni simbólica. Mientras dudaba si sacar o no la cámara, pensaba que Vernon, en el fondo, no fue más que un soldado, como tantos otros que han defendido con mayor o menor acierto a sus patrias. Es cierto que hizo un ridículo difícilmente superable, no por fallar en la conquista, sino por vender la piel de don Blas antes de cazarlo, pero no lo es menos que, aún suponiendo que este hecho merezca alguna chufla, bastante deshonor es tener un monumento en la Abadía de Westminster y que éste sea el único de las docenas que allí hay que está permanentemente oculto tras un armazón de madera. Al menos su estatua tiene la compañia permanente del taquillero y de un pequeño radiador que le quite el frío los húmedos días de invierno londinense.

Y ahora, para compensar, os dejo con uno de los múltiples momentos brillantes de otro almirante (vale, no fue almirante, pero sí primer Lord del Almirantazgo) británico admirable que, además, demuestra que se puede dirigir un país en las circunstancias más complicadas con un pedo de colores una ligera dificultad para una locución inteligible:





5 comentarios:

  1. "y en Cartagena llegó tan lejos como las fuerzas navales podían alcanzar la victoria"
    Claro, como Hitler, que conquistó la URSS hasta donde sus suministros y las cochambrosas carreteras soviéticas lo permitieron, y en Europa occidental "llegó tan lejos como las fuerzas terrestres podían alcanzar la victoria". Así yo también puedo presumir (me compré tantos Ferraris como mis finanzas podían pagar). Vaya pandilla de vendehumos que son estos hijos de la Gran... Bretaña.

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    1. Si, la frasecita es de aúpa, pero los británicos también tienen muchos acontecimientos de los que estar orgullosos o, al menos, dignos de ser recordados. Y eso lo hacen fenomenal.

      Gracias por leer el blog

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  2. DESPUÉS DE TAN EUFEMÍSTICA FRASE, ES EVIDENTE QUE LA UBICACIÓN DE LA TAQUILLA NO ES CASUAL. AL FANTASMA DE VERNON LE HAN REGALADO UNA INMORTALIDAD INVISIBLE. AL MENOS, ÉL TIENE UN MONUMENTO EN UN LUGAR TAN IMPORTANTE COMO LA ABADIA DE WESTMINSTER. YA ME GUSTARÍA UNO DEDICADO A LEZO EN UNA DESTACADA PLAZA DE MADRID.
    YA QUE PARECE, DON FERNANDO, AFICIONADO A LA HISTORIA BÉLICA ESPAÑOLA, LE INVITO A PASEARSE POR MI CAVERNA Y ECHAR UN VISTAZO A OTRO GLORIOSO EPISODIO DE NUESTRAS ARMAS. POR DESCONTADO, MI POCO CIÉNTIFICO RELATO ES NOTORIAMENTE MEJORABLE: http://misantrolimpia.blogspot.com.es/2013/05/el-milagro-de-empel.html

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    1. Gracias por la lectura y el comentario. El milagro de Empel ya pasó por profundosoconfusos hace algún tiempo: http://profundosoconfusos.blogspot.com.es/2013/04/una-larga-hoja-de-servicios-juan-del.html

      Y yo me pasaré por su caverna de vez en cuando.

      Gracias de nuevo y saludos

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