sábado, 22 de marzo de 2014

De Dr. No a Pierre Nodoyuna: Sir Francis Drake (I)

El mundo militar, especialmente el anglosajón, es tendente a la estandarización. No solo hay uniformes, sino que casi cualquier elemento del equipo de un miembro del ejército tiene unas características reguladas. Los relojes no son una excepción; durante la segunda guerra mundial las unidades británicas recibieron toneladas de relojes suizos de una calidad más que aceptable, muchos de los cuales fueron voluntariamente destruidos al finalizar la guerra a petición de los fabricantes para evitar una inundación del mercado. El reloj reglamentario (que ha ido cambiando a lo largo de la historia) es conocido como el "G10" por el formulario que había que rellenar para pedirlo y, aparte de los originales fetén, hay muchos fabricantes que elaboran relojes basados de forma más o menos fidedigna en esta estética. Da la casualidad de que a mí me encantan ese tipo de relojes y tengo varios de esa orientación (ebay es tu amigo). 

A los que nacimos con el don natural de la elegancia cualquier cosita
nos queda bien. Mejor no epatar con lujos.
Nota: Estos no son tipo G10.
Este tipo de relojes suele quedar niquelao con correa de nailon, que también está incluida en el estándar G10 y que, por deformación, se suele llamar correa NATO o "NATO strap" en inglés, ya que tienen su código NATO (en concreto el 6645-99-527-7059 para la del ejército del aire, por ejemplo. O sea, que si os presentáis en un acuartelamiento de la OTAN y mencionáis ese número, os darán una correa de reloj de nailon gris, de 280 mm de largo, 20 mm de ancho y con unas hebillas de lo más curioso). Aunque la correa no fue incluida en el estándar oficial hasta 1973 por las FF.AA. británicas, uno de sus miembros más famosos (en concreto de la Marina) ya había puesto de moda una correa similar unos años antes. Esta variante de la NATO con bandas longitudinales es conocida en su honor como Bond, NATO Bond y los colores originales, los que tenía la correa que sujetaba el submariner a la muñeca de Sean Connery en Goldfinger, son los que veis en la foto adjunta en la correa del Citizen. El Seiko ATLAS, por su parte, lleva los colores que erróneamente se identifican como colores Bond. Ya, ninguno de los dos es un Rolex y yo no soy James Bond, pero es lo que hay...

Bond, James Bond es un ya longevo héroe de acción que lleva varias décadas paseando su palmito por las pantallas de todo el mundo y, como pasa con casi cualquier héroe, su leyenda depende en parte de la maldad de los villanos a los que se ha enfrentado: Scaramanga, Stavro, Auric Goldfinger y, claro, el Dr. No.

Los cienes y cienes de personajes españoles merecedores de hacernos pasar un rato agradable leyendo sus cuitas no necesitan exagerar la capacidad de su enemigo para hacerse los interesantes, pero creo que no está de más que hablemos hoy de uno de ellos; uno de los enemigos icónicos de España en el siglo XVI: el conocido corsario inglés Francis Drake, miembro también de la Marina Británica, como Bond. Don Francis pasó a ser Sir Francis en 1581 y, por lo tanto, caballero británico en el momento de suceder buena parte de los hechos de los que vamos a hablar hoy. Alguien dirá que me centro más en sus derrotas que en sus victorias, que las hubo. Puras insidias...

Francis Drake, corsario inglés


Francis Drake nació en la granja de Crowndale, cerca de Tavistock, en el suroeste de Inglaterra. Hijo de un granjero que acabaría de vicario en Upnor, una aldea costera de Kent tras huir de Devon por robarle a un paisano... Drake padre acabó enchufando a su hijo mayor, Francis, como grumete en un barco mercante que cruzaba a Francia con frecuencia. Cuando el patrón del barco murió sin descendencia testó a favor del joven Francis que se quedó con el barco. Eso es empezar una carrera con buena estrella y lo demás son tonterías.

Muy pronto Drake dirigió sus ojos hacia América. De sus primeros viajes poco se sabe, pero después, entre 1572 y 1573, se dedicó abiertamente al pirateo en el Caribe y el istmo de Panamá, capturando no pocos botines en compañía de su primo John Hawkins.

La reina Isabel I de Inglaterra, arreglada pero informal.
De la wiki.
La cosa les fue tan bien que la reina Isabel I de Inglaterra, que mostraba más bien pocos escrúpulos a la hora de usar artes de nobleza dudosa para tocar lo que no suena a España (y llenar sus arcas de paso), dispuso que Drake y Hawkins se dedicaran a ello de forma "profesional", pero que lo hicieran donde los españoles se podían sentir más seguros: en el Lago Español. Resumiendo: Drake cruzó el estrecho de Magallanes y a principios de 1579 comenzó su actuación estelar en el Pacífico, a bordo del Golden Hind, dándose al pillaje sin conocimiento. Valparaiso, El Callao, Arica (puerto por el que salía la plata de Potosí)... no hubo puerto que no intentaran saquear; en la mayoría de los casos sin resistencia alguna, en ocasiones se encontraba los barcos atracados y vacíos, con toda la tripulación en tierra dándose a la molicie del ocio. Entre lo dados que somos al temita y la confianza en la ausencia de enemigos, no dejaba de ser normal...

Uno de los momentos estelares de ese año de raids y pillaje fue la captura por parte de Drake del Nuestra Señora de la Concepción, más conocido por los marineros españoles por el descriptivo nombre de Cagafuego, aunque pasó a los libros ingleses como Cacafuego. De ahí a "Cacafuti", un paso. Drake se enteró de la existencia, la ruta y la carga del Cagafuego en el asalto a El Callao y se lanzó a por él simulando ser un carguero mercante. De nuevo pilló a la tripulación por sorpresa y se hizo con el barco y su cargamento. La leyenda dice que la reina Isabel I prohibió a Drake hacer público el importe del botín para que no se supiera nada de la parte que ella misma se quedó... sí, parece ser que la reina y el pirata iban a pachas y, como os contaré luego, no les fue nada mal el negocio a los hijos de la Gran Bretaña.

Después de lo del Nuestra Señora de la Concepción, Drake siguió sus garbeos por la costa, llegando hasta el norte de California, zona que denominó Nueva Albión y reclamó para Inglaterra de forma bastante optimista "de mar a mar".  Pues no iban a pasar años hasta que alguien distinto a los nativos tomara posesión real de la zona...

A finales de año Drake decidió volver a Inglaterra. Como se imaginó que su retorno por el mismo camino no iba a ser tan placentero como el viaje de ida al no contar ya con el factor sorpresa, decidió volver por poniente y convertirse, para los británicos, en el segundo navegante en dar la vuelta al mundo... 60 años después que el primero. Digo lo de los británicos, porque hasta que Urdaneta consiguió el Tornaviaje, todos los españoles que fueron a Filipinas y alrededores tuvieron que volver por el Índico. Que nos conste, el propio Urdaneta completó la vuelta al mundo tras los sucesos de las Molucas, bien es cierto que no en su propio barco. Hemos de recordar que, tanto en el caso de Elcano como en el de Drake, lo de dar la vuelta al mundo no fue más que una anécdota y que tomaron esa vía por ser la más conveniente para el retorno. Además, una vez que la vía del Pacífico estaba abierta, no tenía el menor mérito navegarlo hacia poniente; incluso en 1580 tampoco lo tenía hacia levante, desde 1565 se conocía la ruta de vuelta y más o menos había un servicio de galeones regular.

Pero vamos, que Drake volvió a Inglaterra dando la vuelta al mundo, que llevó consigo todo lo que había rapiñado a barcos españoles, otros no había, en los puertos y aguas del Pacífico y que según nada menos que el Barón Keynes (sí, el de cavar agujeros y volverlos a tapar):
"En realidad, el botín extraído por Drake en la Golden Hind puede ser considerado perfectamente como el origen y la fuente de las inversiones británicas en el extranjero. Con su producto Isabel I pagó la totalidad de su deuda exterior, e invirtió parte del resto (unas 42.000 libras) en la Compañía del Levante; a partir de las ganancias de la Compañía del Levante se formó en gran parte la Compañía de las Indias Orientales, cuyas ganancias durante los siglos XVII y XVIII fueron el principal fundamento de las conexiones extranjeras de Inglaterra"
Del "Treatise on Money, Volume 2: Applied Theory", capítulo 30. Los dos volúmenes suman unas 700 páginas de literatura vibrante y capturadora que te impide dejar el libro una vez comenzado. No, es coña.

Esa pasta fue un trinque con todas las letras pero según Keynes, no cualquier mindundi, fue nada menos que la base sobre la que se asentó el poderío comercial inglés de los siglos XVII y XVIII y, por tanto, el Imperio Británico. Al menos en parte ¡la Commonwealth se basa en el Cagafuego!

No cabe duda de que fue un botín bien invertido, desde luego. Piratas sí, tontos no.

La Grande y Felicísima


Drake no solo volvió millonario, sino que fue inmediatamente nombrado caballero al poco de volver, en cuanto la reina terminó de contar la pastizara que el corsario le había traido. Liz y Frank le cogieron gusto al procedimiento y prepararon una nueva campaña en la que no nos detendremos demasiado. Entre 1585 y 1586 Drake, esta vez con 21 naves y 1800 paisanos atacó, secuestró, pidió (y cobró) rescates... a ambos lados del Atlántico, destacando los ataques a Vigo y a Cartagena de Indias, aparte de algunos saqueos menores.

"De cómo le chamusqué las barbas a Felipe II" por el propio Drake, via wiki.
Podría también ser un esquema del sistema digestivo de una rata de barco,
pero creo que no lo es.
Felipe II comenzó a pergeñar el plan por el que, injustisísimamente, es más conocido fuera de España (me temo que en la España de los últimos puestos del informe PISA ni eso. "¿Felipe Palote Palote? A mí la que me pone palote es la Vane" me cuentan que contestó el más espabilado de los encuestados): la invasión a gran escala de la Gran Bretaña. No nos vamos a meter a fondo en esa historia, que ya tocamos de soslayo al hablar del rompecorazones Cuéllar y además no tengo yo capacidad para abordar algo tan gordo, pero sí mencionaremos un par de apuntes de la implicación de Drake que, como casi todo lo que rodea a la Grande y Felicísima Armada, está envuelto en mitos y leyendas. La película, de todas formas, podría comenzar con el asaltazo a Cádiz realizado por Drake en 1587 que tuvo su puntillo de Pearl Harbor:

  1. Fue un golpe material y moral de primera magnitud, que en nuestro caso retrasó sustancialmente la formación de la Armada
  2. Fue una intervención de audacia casi incomprensible, atacando el corazón de la mayor armada del mundo. En inglés se conoce a esta operación como "Singeing the King of Spain's Beard" o "Chamuscando la barba del Rey de España" y me parece una definición muy acertada, por desgracia.
  3. De Pearl Harbor se dice, de Cádiz se sabe: los espías de Felipe II en Inglaterra (Bernardino de Mendoza, exembajador ante Su Graciosísima que había sido expulsado entre gracia y gracia, aún mantenía sus contactillos y avisó desde Francia el 19 y 21 de abril) avisaron con detalle de que el ataque se estaba preparando y no se quiso, no se pudo o no se supo hacer nada.

Nuestro íntimo y corsario enemigo tenía ya un prestigio estratosférico en Inglaterra y esta acción no hizo más que acrecentarlo y le valdría el nombramiento como vicealmirante pero, Francis, ¡todo lo que sube, baja, mushasho!

Al lío, que finalmente Felipe II, el prudente, se cansó de serlo y de aguantar al pesado del papa Sixto V (que si vaya cobardica de rey católico me he echado, que si esto con el emperador de verdad no pasaba, que si ahí tienes a los hijos de la Gran Bretaña riéndose de nosotros, que si vas a tardar más en esto que en construir ese monasterio que te has preparado... y tal) y lanzó el ataque refinitivo contra los británicos con los resultados que conocemos, en algo causados por las artes inglesas y en mucho por los elementos. Sí, aun huyendo de patrioterismos resulta difícil dar mucho del mérito de la derrota de la Armada Española a la Británica. De hecho, muy a pesar del hostigamiento inglés, la Grande y Felicísma cruzó el Canal sin muchos problemas, las cosas se complicaron después, por ejemplo en Gravelinas, gracias a las artes "imaginativas" de Drake (como mandar barcos en llamas contra los galeones españoles y tal...). Pero vamos, que no hay que discutir demasiado, en el monumento erigido en Plymouth en 1888 con motivo del tercer centenario del asunto, la leyenda podría ser algo así como "Los valientes y habilidosísimos marinos ingleses patearon el culo a los orgullosos y mugrientos españoles" y no pone eso. No, no, no... lo que pone es:

"He blew with his wind and they were scattered"
 O sea:

"Sopló con su viento y fueron dispersados"

Nota para los despistados: el que sopló fue Dios, mostrando de esta forma su apoyo explícito al protestantismo anglicano, faltaría más.

No hay más preguntas, señoría.

La expedición de la Grande y Felicísima Armada tuvo un resultado manifiestamente mejorable, pero en términos históricos tampoco supuso el descalabro que a veces nos imaginamos. España se rehizo de aquello con la solvencia que un gran imperio en su apogeo se podía permitir y mantuvo su dominio de los mares aún bastantes años, como veremos. Lo que no solemos recordar los alumnos de la EGB es que los británicos se envalentonaron tanto con el resultado del asunto que pensaron que Dios iba a soplar de su lado siempre y se decidieron a hacer ellos mismos un ataque similar. Con un par.

Para saber cómo les fue en el intento tendremos que esperar a la siguiente entrada de profundosoconfusos, pero creo no desvelar gran cosa si os aviso de que Drake había terminado ya su época de Dr. No y estaba a punto de comenzar la de Pirre Nodoyuna.






sábado, 15 de marzo de 2014

De Horcasitas a Sausalito: Juan Bautista Anza, Tcol. de caballería (y II)

Segunda expedición (colonizadora) de Anza, que vino después de la Primera expedición (exploratoria) de Anza


El prestigio de Anza tras el éxito de la primera expedición subió como la espuma, tanto que le ascendieron a Tcol., así que ya he modificado el título de esta segunda entrega, no se nos cabree don Juan Bautista por apearle el tratamiento. De inmediato le pidieron/autorizaron una segunda expedición y le fue conferida la autoridad de reclutar personal para la misma. Esta segunda expedición tenía una meta clara: San Francisco. 

Portolá, Fagés y Costansó ya habían llegado a la bahía de San Francisco en 1769 y se sabía que era un puerto de primera división, justo lo que hacía falta para asegurar la costa de Alta California, proteger los Galeones de Manila y evitar los ataques de los piratillas franceses e ingleses. Ahora lo que hacía falta era llevar allí gente suficiente para fundar una ciudad, un presidio y, por supuesto, una misión, no precisamente por ese orden. 

Anza era un tío de acción y puso manos a la obra de forma inmediata. Se desplazó a Horcasitas, unos 300 km al sur de Tubac y, por lo tanto, de la frontera, así que era un lugar mucho más apropiado para convencer y preparar a familias completas para que le siguieran a fundar una nueva ciudad. El 29 de Septiembre de 1775 partieron de Horcasistas hacia Tubac y ya el primer día se metieron entre pecho y espalda una maratoniana jornada de... media hora, de 1630 a 1700. 

En esta ocasión tenemos tres diarios: Anza, Garcés, que volvió a apuntarse y el de Fray Pedro Font, franciscano gerundense que fue escogido para unirse a la expedición, entre otras cosas, por su habilidad con el astrolabio y demás herramientas geoposicionadoras, no por su afición a la juerga flamenca, precisamente.

Vista del parque de Anza Borrego desde Fonts point.
 No sé si lo de Fonts viene del padre Font. No creo Confirmado, es así,
de hecho es Font's point, no Fonts point. Foto de la wiki
El 23 de Octubre salieron de Tubac Anza, los frailes Garcés, Font y Eixarch, el alférez Moraga, el sargento Grijalva, 10 soldados con billete de vuelta, 28 soldados sin él, 29 mujeres, esposas de los antedichos soldados (ergo alguno de los que iba a volver también se la llevó), 136 miembros de las familias de los soldados y de cuatro familias civiles voluntarias, 15 arrieros, 3 vaqueros, 3 sirvientes de los frays, 4 sirvientes de Anza, 5 intérpretes de las lenguas pima, yuma, cajuenchi y nifora y 1 proveedor (responsable de intendencia) para la expedición. Si Anza no se equivocó contando, un total de 240 paisanos, aunque esta expedición salió tan bien que llegarían más de los que salieron. Para los defensores de los animales, la partida contaba con 165 mulas, 340 jamelgos y 302 vacas y lamento decir que sí, bastantes de ellos sufrieron daños considerables durante el rodaje. Cosas de la vida.

Os decía antes que llegaron más de los que salieron y es que nada menos que 9 niños nacieron durante los preparativos y el viaje en si. Los nueve llegaron sanos y salvos a California aunque, desgraciadamente, la madre de uno de ellos, María Ignacia Manuela Piñuelas, fue la única baja del viaje. Falleció tras dar a luz justo al día siguiente de abandonar Tubac. El 28 de Noviembre llegaron a Yuma y se encontraron que el vado utilizado en la anterior expedición ya no existía, pero como la caballería no reconoce obstáculos, buscaron otro y santaspascuas.

Como os podéis imaginar, si la travesía de esas zonas desérticas no es fácil, hacerlo con niños y familias completas no acostumbradas a este tipo de expediciones es doblemente complicado pero, a un ritmo más bien lento, lo fueron consiguiendo. Para acabar de facilitar las cosas, ese invierno fue especialmente duro en la zona, de los más duros de la historia en el sur de California, y en los pasos de montaña los expedicionarios se tuvieron que enfrentar a unas condiciones manifiestamente mejorables, con nieve y ventisca durante muchos días. Anza había dividido al grupo en tres compañías; la que estaba al cargo de Moraga se retrasó en medio de la tormenta y el propio Moraga quedó temporalmente sordo por una infección de oido. Nos cuenta el padre Font en su diario, entrada del 17 de diciembre, lo que sucedió cuando se reunieron:

A la noche, con la alegria de haver llegado toda la gente, se armó alla entre ellos un fandango algo desconcertado, y una muger viuda, que venia en la Expedicion bien descocada, cantó con aplauso, y griteria de toda la gentalla unas glosas nada buenas: de lo qual se enojó el hombre con quien venia arrimada, y la castigó, lo qual oyendolo el Sr Comandante salio de su tienda y reprehendió al hombre porque la castigaba. Dixelo yo: dexelo Usted Señor, que hace muy bien: y me respondio: no Padre, que no debo yo permitir estos excessos estando presente. Zeló este excesso, y no zeló el excesso del fandango que duró hasta bien tarde. "

Prueba de que sigue haciendo frío. De anzaborrego.net
El Sr. Comandante era Anza y, a lo que se ve, el padre Font era de la rama liberal del clero franciscano, el tío. No se cortó un pelo y en la misa de la mañana siguiente censuró el cachondeo duramente (no sabemos si se atrevió, incluso, a alabar al castigador de la mano larga). En su diario se lamenta de que Anza no le dirigió la palabra en toda la mañana; eso sí, el mismo día 20 se saltó la misa de la mañana, del frío que tenía el hombre. La cantaora se llamaba Feliciana Arballo. No fue ésta la única discrepancia vital entre Font y Anza, rigidez y pragmatismo frente a frente.

El 20 de diciembre hubo una estampida general del ganado, hartito de pasar sed y mala vida. Tardaron un par de días en recuperarlo y, aún así, muchas reses se dieron por perdidas. Por cierto, toda esta zona en la que pasaron tanta calamidad es en parte el actual Anza Borrego desert State Park y a día de hoy sigue haciendo un frío del carajo respetable en las zonas altas.

El grupo completó la parte más complicada del viaje llegando a San Gabriel el 4 enero de 1776 y el 21 de febrero a Monterrey. Allí quedó descansando el grueso de la expedición y Anza siguió rumbo norte a cumplir su misión; el viernes de Dolores de 1776 seleccionó un lugar idóneo para fundar una misión que, efectivamente se ubicaría ahí mismo unos meses más tarde con el nombre de "Misión de San Francisco de Asís", pero que aún hoy sigue siendo conocida como "Misión Dolores". Anza volvió a Monterrey entusiasmado con las posibilidades de la bahía que acababa de visitar, pero el gobernador de Alta California Fernando Rivera y Moncada (un genio del futbolín que acabaría excomulgado por los franciscanos y murió junto al padre Garcés en un lío importante del que hablaremos más adelante) era de la opinión de que la bahía de San Francisco no era un buen sitio para asentarse. Un genio, sin duda.

Misión Dolores. Foto un poco mala, pero el autor no es
de la Magnum, precisamente. En primer plano una de las farolas campana
que marcan el camino Real.
Anza, que consideraba su misión cumplida y que no tenía ganas de discutir con el cenutrio de Rivera, se largó de California el 13 de Abril, dejando al alférez Moraga junto con los colonos en Monterrey. Finalmente el 17 de Junio Rivera cedió y 191 colonos salieron de Monterrey hacia la Bahía de San Francisco. El 27 de Junio de 1776, mientras John Adams, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Robert Livingston y Roger Sherman daban los últimos retoques a la declaración de independencia de los EE.UU., el alférez Moraga (al final fue el alférez, no digo nada) montaba campamento junto al arroyo Dolores y daba orden a sus hombres de comenzar a talar árboles para construir sus casas. Con una misión junto al arroyo Dolores y un presidio al pie del actual Golden Gate nacía la ciudad de San Francisco:

El 27 a las seis y media de la mañana sali con la tropa del Parage de San Matheo, y a las once y media, sin alguna nobedad acampamos en el Puerto de San Francisco y Laguna de los Dolores. Desde este dia di orden al Sargento para que se la diese a la tropa de cortar Palos para la fabrica de sus cassas "

A modo de conclusión 


De la importancia de la fundación de San Francisco no es necesario dar más detalles. La ruta abierta por Anza desgraciadamente no permaneció mucho tiempo en uso pero de eso, que está relacionado con la muerte de Garcés y Rivera, hablaremos otro día.

Don Juan Buatista siguió cumpliendo órdenes, fue nombrado Gobernador de Nuevo Méjico y capitaneó una acción contra los comanches  en 1779 en la que pasó por el actual Pike's Peak (entonces "El Capitán" lo que me da excusa para poner el famoso y extraordinario video de Vatanen subiendo este monte). Anza murió en 1788 sin haber vuelto a California. 

Hoy en día su nombre es más que conocido en California, hay numerosas estatuas en su honor, parques, calles, colegios... y la ruta que siguió es una de las 19 National Historic Trails. No hace falta ni decir que pasa a engrosar la lista de viajes que nunca cumpliré, pero la ruta de Anza por Arizona y California se puede ver con todo detalle aquí y... no, no cruzó a Sausalito, pero quedaba bien en el título y, total, se quedó a  tiro de piedra. No cuesta demasiado imaginarse a Anza mirando hacia el norte desde el actual Fort Point y pensando: "Aquí habría que poner un puente"...

Un año después de fundar el presidio de San Francisco, Moraga fundó la primera ciudad de la zona: El Pueblo de San José de Guadalupe, actual San José (con tilde, incluso en inglés), cuyos habitantes tendrían la misión de desarrollar la agricultura y ganadería para abastecer el presidio y el puerto. San Francisco, como ciudad, creció después.

No es descabellado afirmar que los dos hombres que más han influido en que California, el estado más poblado y de los más prósperos de los EE.UU., sea lo que hoy es fueron Anza y Fray Junípero. Dos viajeros que compartieron campamento la noche del 27 de Abril de 1774 en algún lugar entre Santa Bárbara y Camarillo y que, seguramente, robaron horas al sueño hablando de la tierra en la que estaban y que habían abierto al mundo, de las posibilidades que ofrecía y de los colonos que a ella vendrían para hacerla próspera. Por la mañana, cada cual siguió su camino y continuó intentando cumplir su misión de la mejor manera que pudo y supo.

El resto, es historia o, si queréis: "el resto son historias" que no es en absoluto lo mismo.

Nos vemos.

De Horcasitas a Sausalito: Juan Bautista de Anza, capitán de caballería (I)

Dedicado al Comandante Sáez (también de caballería, por supuesto). ¡Feliz cumpleaños!


En 1561, mientras nuestro anterior protagonista andaba haciendo de las suyas por la cuenca amazónica y estaba pensándose declarar la guerra abierta y sin cuartel al hombre más poderoso del mundo, éste (Felipe II, para los despistados) acababa de decidir que su corte se iba a asentar en Madrid, un pueblecillo junto al cauce de un río comparable al que navegaba en esos momentos Aguirre. En aquellos años la población de Madrid superaba por poco los 10.000 habitantes y, por poner una comparación, era más pequeña que cualquiera de las cuatro capitales gallegas. No fue hasta después de la guerra civil cuando se superó el millón de habitantes y unos 15 años después cuando Madrid creció a un ritmo rápido hasta lo que hoy es. En esos años de crecimiento acelerado, sobre todo desde mediados de los 60, proliferaron barriadas de construcción algo atolondrada que acabaron siendo en algunos casos campo abonado para la heroína y los émulos del Vaquilla y el Torete, que luego algunos desaprensivos glorificarían en el cine quinqui de los 80. Afortunadamente aquello se medio recondujo pero en nuestra memoria los nombres de algunos de esos barrios siguen estando asociados a droga y delincuencia. Seguramente de forma muy injusta, pero es que yo oigo "Orcasitas" y me viene a la mente un 124 saliendo a la carrera y un chavalín gritando aquello de "¡dale caña Torete, que el coche es robao!"

Pues de Orcasitas han salido muchas más cosas que 124s quemando rueda, por ejemplo una de las expediciones más importantes para la historia de California. Bien es cierto que la expedición no salió de Orcasitas (Madrid), sino de Horcasitas (Sonora, Méjico), pero no nos vamos a poner quisquillosos por una letra. Además, muda. La (en realidad las) expedicion(es) no las dirigió ni el Torete ni el Vaquilla ni ninguna otra res heroinómana, sino todo un soldado de frontera: el Teniente Coronel Juan Bautista de Anza.

La Frontera


Soldado de cuera en la portada del libro
 "Banderas Lejanas", que recomiendo vivisisímamente.
Como ya hemos visto en algunas otras entradas de profundosoconfusos, el actual territorio de los EE.UU. no fue ocupado por España hasta mucho más tarde que el ubicado al sur del Río Grande. Hubo bastantes expediciones, pero ninguna trajo información que justificara un empeño colonizador comilfó, así que poco a poco se fue estableciendo una frontera difusa entre el actual Méjico y los territorios del norte. En el siglo XVIII esa frontera seguía siendo defendida por un puñado de  soldados de cuera acuartelados en presidios a lo largo de toda la frontera. Este cuerpo específico del ejército tomaba su nombre de la parte más característica de su uniforme: una especie de peto largo hecho de varias capas de cuero que les protegía contra las flechas de los indios (y debía dar un calor del siete en medio de esas zonas desérticas por las que se movían, pero oye, te podrías morir deshidratado, pero no de un flechazo...). Los soldados o dragones de cuera nunca fueron muchos, pero se las apañaron para defender la frontera norte durante 300 años. Lógicamente, a pesar de ser pocos, casi tres siglos de actividad dan para mucho, pero las acciones de los dragones no solían ser demasiado vistosas, con escasas excepciones. Y no sería por no moverse ya que, aunque su función fuera básicamente defensiva, a veces la mejor defensa es un buen ataque y en muchas ocasiones hicieron incursiones de varios miles de kilómetros en tierra hostil. Su equipo básico incluía, además de armas, adarga et al., seis caballos y una mula ya que la movilidad era esencial para su tarea.

Como ejemplo de incursión lejana (y desastrosa, por desgracia), la expedición de Pedro de Villasur en verano de 1720. Villasur, acompañado por unos 45 soldados se adentró tanto en los EE.UU. como que llegó a Columbus (Nebraska) en agosto de 1720. Su misión era infiltrarse en territorio pawnee, levantar un fuerte y dar un poco por saco hostigar un poco por allí. Degraciadamente los pawnees, primero, no estaban mucho por la labor y, segundo, habían sido surtidos de armas por los comerciantes franceses, tan majos ellos como siempre. De hecho, parece seguro que no pocos de estos comerciantes participaron en los hechos, así como un esclavo pawnee conocido como Francisco Sistaca, que había acompañado a la expedición hasta allí como intérprete pero había desaparecido unos días antes, el muy cuco. El 14 de agosto, al alba, con tiempo duro de levante.. no perdón, lo del viento era de otra historia más cercana en el tiempo y el espacio, que ya las mezclo todas... al amanecer una enorme fuerza de pawnees atacó el campamento. El general Villasur cayó (y calló, obviamente) a las primeras de cambio; el resto de soldados formaron un círculo defensivo mientras algunos compañeros, que estaban algo alejados cuidando los caballos, montaron y acudieron en su defensa. La batalla fue brevérrima, en apenas unos minutos 35 españoles habían muerto. Los pocos supervivientes pusieron pies en polvorosa y llegaron a Santa Fe (Nuevo Méjico) unas tres semanas después. España era mucho más grande entonces que ahora, pero no muy diferente: se investigó el desastre durante siete años, sin conclusiones de importancia.

Dragones de cuera protegiendo a Villasur, ya difunto
Esta batalla tiene dos curiosidades anejas que no me resisto a contar:

- La imagen que veis a la izquierda es una réplica de una pintura de la época que refleja la muerte de Villasur. Es tan detallada que parece seguro que quien la pintó fue asesorado por alguno de los que allí estuvieron (y no murieron, claro). Lo más probable es que el asesor fuera español, ya que en la pintura aparecen soldados franceses disparando en medio del lío. Puede que los hubiera, puede que no, pero a cualquiera de los supervivientes le vendría bien que se pensara que así fue. Digo que la foto es de una réplica, peeeeeeero el original aún existe y lo tiene nada menos que un barón suizo, un tal Andre von Segesser, cuya familia tiene la pintura desde que un antepasado suyo, el jesuita Philipp von Segesser von Brunegg, se la enviara como regalo a su hermano desde Sonora en 1758... y de esta forma tan elegante he metido a dos suizos en un relato sobre acciones españolas en América.

- El lugar donde murió Villasur está bastante bien localizado, cerca de Columbus (Nebraska). Un par de condados más hacia el oeste está el condado de Custer (Nebraska), así llamado en honor al general (o Coronel, o Tcol, o lo que fuere) George Armstrong Custer... sí, ESE general Custer (también de caballería, nada menos que del séptimo), el que murió con las botas puestas en Little big Horn unos 156 años después de que Villasur pasara por una experiencia similar, en eso también nos adelantamos. Bien es cierto que Villasur llevaba 45 soldados y Custer unos 600...

...y eso es todo lo que tengo que decir sobre Villasur y su gente, así que ahora vamos con Anza.

Juan Bautista de Anza


Juan Bautista de Anza Bezerra Nieto era, aparte de Nieto, hijo de Juan Bautista de Anza padre. Anza padre nació en Hernani en 1693 y murió defendiendo las fronteras de España en 1740. En 1712 se trasladó a Nueva España donde anduvo relacionado con la minería durante unos cuantos años, entre otros sitios en Hermosillo (Méjico). En 1721 se alistó en el ejército a las órdenes del capitán Antonio Bezerra Nieto (os suenan los apellidos ¿eh? Sí, Anza padre se casó con María Rosa, la hija del capitán Bezerra Nieto) y tuvo una carrera militar respetable aunque relativamente corta ya que se lo cargaron los apaches en 1740. Cosas de la frontera. Por cierto, Anza padre es parcialmente responsable de que la actual Arizona se llame así, aunque no nos meteremos en la discusión del origen del nombrecito, sí es cierto que fue él el primero en usarlo de forma extensa.

Juan Bautista y Maria Rosa tuvieron cuatro churumbeles, a saber: Francisco Antonio, María Margarita, Josefa Gregoria y el pequeñín Juan Bautista, que es justo el que nos interesa a nosotros. Anza hijo (a partir de aquí sencillamente Anza) nació donde corresponde al hijo de un oficial de los dragones de cuera: en Fronteras (Sonora) en 1736. Se alistó muy joven, con sólo 20 añitos ya era teniente y con sólo 23 le confiaron su primer presidio, el de Tubac (Arizona).

Unos años después, a inicios de la década de los 70 del siglo XVIII, España volvió sus ojos a la alta California -la actual California de los EE.UU.-, territorio que había sido básicamente ignorado por los exploradores durante siglos. Como vimos en una anterior entrada, Junípero Serra y sus frays, junto con Portolá y sus soldados, hicieron un esfuerzo titánico para ir fundando asentamientos en California, pero los resultados eran manifiestamente mejorables. La dificultad de acceso y, peor aún, de abastecimiento posterior, hacían  que los presidios y misiones fundadas fueran casi testimoniales. Era necesario encontrar una ruta que permitiera llevar colonos, pertrechos y abastecimiento de una forma estable y continua... y a ello se puso don Juan Bautista.

Esta gente de Tubac se ha currado un logo bastante chulo, la verdad.

Hasta 1772 solo habían sido fundadas 5 de las 21 misiones que habría en California y la cosa, como os digo, no se podía estirar mucho más. Para que os hagáis una idea, entre misiones y presidios había menos de 100 soldados y frailes españoles en Alta California. Anza tomó la iniciativa y propuso al Virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa realizar una expedición que abriera una ruta terrestre entre Sonora y California en una carta fechada en Tubac el 2 de Mayo de 1772 que, entre otras muchas cosas, decía:

"A la vista de todas estas consideraciones, este reverendo padre y yo estamos convencidos de que la distancia de aquí a Monte Rey no puede ser tan grande como se había estimado y de que no será imposible superar los obstáculos que encontremos en el camino. Por lo tanto, si esta propuesta alcanzase la aprovación de su excelencia, espero que ordene al presidente de estas misiones que permita al mencionado padre acompañarme, porque estoy de acuerdo con él en sacrificarme a este propósito y para todo aquello que redunde en el servicio a su Majestad y la gloria de su excelencia"
Nota1: El padre mencionado es el padre Garcés, del que hablaremos luego
Nota2: Este texto es en realidad una traducción del inglés. El original en castellano no he podido encontrarlo, pero en inglés tengo toda la correspondencia relevante. Cosas de los historiadores, que son así. 

Las "consideraciones" eran básicamente que el hijo del gobernador Cojo (un jefe indio pima del rio Gila) le había transmitido a Anza tras una visita a los cocomaricopas que éstos habían hablado con otros indios de más al oeste que les habían contado que, en lugar de moros, había hombres blancos en la costa. Bueno, más bien yendo hacia la costa. Esta información obraba en poder de Anza y de Garcés desde 1769, pero en 1772 se la transmitieron al Virrey Bucareli. Afortunadamente para éste, nuestro viejo amigo Costansó estaba disponible y fue preguntado sobre el asunto. Recordemos que Costansó tenía la enorme virtud de ser ingeniero, lo que queda clarísimamente patente en la carta de respuesta que le envía al Virrey y a nosotros (quicir, a mi) nos facilita enormemente su comprensión. Resumiendo: según sus cálculos había 180 leguas de Tubac a San Diego, era más que posible que las distintas tribus indias de la zona se comunicaran entre sí y, si ellos podían, nosotros también. Uno, dos, tres, respuestas claras y precisas. Por cierto, la distancia en línea recta desde Tubac a San Diego son 600 km y 180 leguas son 747...aunque el error está más bien en la posición de Tubac, que Costansó estima basándose en datos de otros. Además sugirió al virrey que asignara a la expedición a un par de veteranos de la suya propia.

Anza fue autorizado a lanzar la expedición y partió en enero de 1774 en su

Primera expedición (exploratoria) de Anza


En concreto el 8 de enero de 1774 partieron Anza, dos frays (Juan Díaz y Francisco Garcés), 19 soldados y un cabo voluntarios del presidio de Tubac, un soldado conocedor de California asignado por el virrey, un nativo de California, un intérprete de la lengua de los pimas, un carpintero, cinco arrieros, dos sirvientes, 65 vacas y 150 jamelgos. Total: 215 cuadrúpedos y 34 bípedos implumes, de los cuales tres (Anza y los dos Frays) escribieron detallados diarios de la expedición, así que en esta no hay duda alguna de lo que pasó.

Paisajes por los que anduvieron dando vueltas Anza y sus cuates.
Foto tomada prestada  a x3m_xplorer
Empezar no empezaron demasiado bien, lo que se dice, porque un par de días antes de la partida los apaches asaltaron Tubac y les robaron 130 caballos, lo que obligó a Anza a variar el itinerario previsto y pasar por el presidio de El Altar para reponer los equinos robados. De allí se dirigieron a Caborca y Sonoita, prácticamente en la costa del Golfo de California y continuaron hasta cruzar el Colorado a la altura de su unión con el río Gila.

El padre Garcés (aragonés de Morata del Jalón, por cierto) era poco menos que el Indiana Jones de los frays, ya que tenía gran experiencia en viajes de este estilo y se había ganado un enorme respeto como explorador, tanto que cuando, ante las dificultades encontradas, Anza decide dividir la expedición en dos grupos se encuentra con el rechazo directo de Garcés:

Esta proposicion no tuvo la aceptacion que yo me prometia, especialmente en el dictamen del Padre Garces, que no graduó por acto prudencial la division de fuerzas, ni que habia tanta necesidad de abrazarla, como yo juzgaba con el Padre Juan Diaz, y por lo tanto resolvi hacerle conocer mas claramente en los sucesos, que preveia acaecerian, sim embargo no quise cerrarme con mi dictamen, por que teniendose al Padre por practico en estos asuntos, si salia errado el mio, era cargarme de responsabilidades, y conceptuarme de caprichudo "
Por no quedar como caprichudo, el capitán quedó como huevón, pero en fin...

Después de cruzar el río Colorado la expedición se dirigió sorprendentemente al sur y anduvo perdida y pasándolo muy malamente por la zona aledaña al delta del Colorado. Finalmente, tras dividir el grupo (¡al final triunfó Anza!) encontraron un paso hacia el noroeste y a partir de ahí la cosa fue más o menos sobre raíles hasta que el 22 de marzo de 1774 (en unos días hará 240 años) Anza, Garcés y los demás se presentaron en la misión de San Gabriel, junto a la actual Los Ángeles.

La ruta no era en absoluto perfecta, pero estaba abierta.

Tras descanso y aprovisionamiento, Anza partió de San Gabriel hacia Monterrey, pasando por las misiones de San Luis y San Antonio, donde llegó el 18 de Abril. Inmediatamente comenzó el retorno sin demasiada novedad, salvo... el encuentro de los dos individuos más importantes para que California llegara a ser lo que hoy es. Anotación del diario de Anza:

Dia 27 Miercoles. A las dos de la tarde me encontré con el Padre Presidente de los Establecimientos de esta California Septentrional Fray Junipero Serra, que pasa por las ultimas mencionadas, y viene de la ciudad de Mexico, quien me pidio por repetidas suplicas que me quedase con el para imponerse de mi viaje, a las que condescendi quedandome el resto del dia y noche en su compañia. "

Y ya, Anza no cuenta nada más y yo no me lo voy a inventar.

A finales de mayo llegó Anza de vuelta a Tubac y se puso de inmediato a preparar la

Segunda expedición (colonizadora) de Anza