sábado, 15 de marzo de 2014

De Horcasitas a Sausalito: Juan Bautista Anza, Tcol. de caballería (y II)

Segunda expedición (colonizadora) de Anza, que vino después de la Primera expedición (exploratoria) de Anza


El prestigio de Anza tras el éxito de la primera expedición subió como la espuma, tanto que le ascendieron a Tcol., así que ya he modificado el título de esta segunda entrega, no se nos cabree don Juan Bautista por apearle el tratamiento. De inmediato le pidieron/autorizaron una segunda expedición y le fue conferida la autoridad de reclutar personal para la misma. Esta segunda expedición tenía una meta clara: San Francisco. 

Portolá, Fagés y Costansó ya habían llegado a la bahía de San Francisco en 1769 y se sabía que era un puerto de primera división, justo lo que hacía falta para asegurar la costa de Alta California, proteger los Galeones de Manila y evitar los ataques de los piratillas franceses e ingleses. Ahora lo que hacía falta era llevar allí gente suficiente para fundar una ciudad, un presidio y, por supuesto, una misión, no precisamente por ese orden. 

Anza era un tío de acción y puso manos a la obra de forma inmediata. Se desplazó a Horcasitas, unos 300 km al sur de Tubac y, por lo tanto, de la frontera, así que era un lugar mucho más apropiado para convencer y preparar a familias completas para que le siguieran a fundar una nueva ciudad. El 29 de Septiembre de 1775 partieron de Horcasistas hacia Tubac y ya el primer día se metieron entre pecho y espalda una maratoniana jornada de... media hora, de 1630 a 1700. 

En esta ocasión tenemos tres diarios: Anza, Garcés, que volvió a apuntarse y el de Fray Pedro Font, franciscano gerundense que fue escogido para unirse a la expedición, entre otras cosas, por su habilidad con el astrolabio y demás herramientas geoposicionadoras, no por su afición a la juerga flamenca, precisamente.

Vista del parque de Anza Borrego desde Fonts point.
 No sé si lo de Fonts viene del padre Font. No creo Confirmado, es así,
de hecho es Font's point, no Fonts point. Foto de la wiki
El 23 de Octubre salieron de Tubac Anza, los frailes Garcés, Font y Eixarch, el alférez Moraga, el sargento Grijalva, 10 soldados con billete de vuelta, 28 soldados sin él, 29 mujeres, esposas de los antedichos soldados (ergo alguno de los que iba a volver también se la llevó), 136 miembros de las familias de los soldados y de cuatro familias civiles voluntarias, 15 arrieros, 3 vaqueros, 3 sirvientes de los frays, 4 sirvientes de Anza, 5 intérpretes de las lenguas pima, yuma, cajuenchi y nifora y 1 proveedor (responsable de intendencia) para la expedición. Si Anza no se equivocó contando, un total de 240 paisanos, aunque esta expedición salió tan bien que llegarían más de los que salieron. Para los defensores de los animales, la partida contaba con 165 mulas, 340 jamelgos y 302 vacas y lamento decir que sí, bastantes de ellos sufrieron daños considerables durante el rodaje. Cosas de la vida.

Os decía antes que llegaron más de los que salieron y es que nada menos que 9 niños nacieron durante los preparativos y el viaje en si. Los nueve llegaron sanos y salvos a California aunque, desgraciadamente, la madre de uno de ellos, María Ignacia Manuela Piñuelas, fue la única baja del viaje. Falleció tras dar a luz justo al día siguiente de abandonar Tubac. El 28 de Noviembre llegaron a Yuma y se encontraron que el vado utilizado en la anterior expedición ya no existía, pero como la caballería no reconoce obstáculos, buscaron otro y santaspascuas.

Como os podéis imaginar, si la travesía de esas zonas desérticas no es fácil, hacerlo con niños y familias completas no acostumbradas a este tipo de expediciones es doblemente complicado pero, a un ritmo más bien lento, lo fueron consiguiendo. Para acabar de facilitar las cosas, ese invierno fue especialmente duro en la zona, de los más duros de la historia en el sur de California, y en los pasos de montaña los expedicionarios se tuvieron que enfrentar a unas condiciones manifiestamente mejorables, con nieve y ventisca durante muchos días. Anza había dividido al grupo en tres compañías; la que estaba al cargo de Moraga se retrasó en medio de la tormenta y el propio Moraga quedó temporalmente sordo por una infección de oido. Nos cuenta el padre Font en su diario, entrada del 17 de diciembre, lo que sucedió cuando se reunieron:

A la noche, con la alegria de haver llegado toda la gente, se armó alla entre ellos un fandango algo desconcertado, y una muger viuda, que venia en la Expedicion bien descocada, cantó con aplauso, y griteria de toda la gentalla unas glosas nada buenas: de lo qual se enojó el hombre con quien venia arrimada, y la castigó, lo qual oyendolo el Sr Comandante salio de su tienda y reprehendió al hombre porque la castigaba. Dixelo yo: dexelo Usted Señor, que hace muy bien: y me respondio: no Padre, que no debo yo permitir estos excessos estando presente. Zeló este excesso, y no zeló el excesso del fandango que duró hasta bien tarde. "

Prueba de que sigue haciendo frío. De anzaborrego.net
El Sr. Comandante era Anza y, a lo que se ve, el padre Font era de la rama liberal del clero franciscano, el tío. No se cortó un pelo y en la misa de la mañana siguiente censuró el cachondeo duramente (no sabemos si se atrevió, incluso, a alabar al castigador de la mano larga). En su diario se lamenta de que Anza no le dirigió la palabra en toda la mañana; eso sí, el mismo día 20 se saltó la misa de la mañana, del frío que tenía el hombre. La cantaora se llamaba Feliciana Arballo. No fue ésta la única discrepancia vital entre Font y Anza, rigidez y pragmatismo frente a frente.

El 20 de diciembre hubo una estampida general del ganado, hartito de pasar sed y mala vida. Tardaron un par de días en recuperarlo y, aún así, muchas reses se dieron por perdidas. Por cierto, toda esta zona en la que pasaron tanta calamidad es en parte el actual Anza Borrego desert State Park y a día de hoy sigue haciendo un frío del carajo respetable en las zonas altas.

El grupo completó la parte más complicada del viaje llegando a San Gabriel el 4 enero de 1776 y el 21 de febrero a Monterrey. Allí quedó descansando el grueso de la expedición y Anza siguió rumbo norte a cumplir su misión; el viernes de Dolores de 1776 seleccionó un lugar idóneo para fundar una misión que, efectivamente se ubicaría ahí mismo unos meses más tarde con el nombre de "Misión de San Francisco de Asís", pero que aún hoy sigue siendo conocida como "Misión Dolores". Anza volvió a Monterrey entusiasmado con las posibilidades de la bahía que acababa de visitar, pero el gobernador de Alta California Fernando Rivera y Moncada (un genio del futbolín que acabaría excomulgado por los franciscanos y murió junto al padre Garcés en un lío importante del que hablaremos más adelante) era de la opinión de que la bahía de San Francisco no era un buen sitio para asentarse. Un genio, sin duda.

Misión Dolores. Foto un poco mala, pero el autor no es
de la Magnum, precisamente. En primer plano una de las farolas campana
que marcan el camino Real.
Anza, que consideraba su misión cumplida y que no tenía ganas de discutir con el cenutrio de Rivera, se largó de California el 13 de Abril, dejando al alférez Moraga junto con los colonos en Monterrey. Finalmente el 17 de Junio Rivera cedió y 191 colonos salieron de Monterrey hacia la Bahía de San Francisco. El 27 de Junio de 1776, mientras John Adams, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Robert Livingston y Roger Sherman daban los últimos retoques a la declaración de independencia de los EE.UU., el alférez Moraga (al final fue el alférez, no digo nada) montaba campamento junto al arroyo Dolores y daba orden a sus hombres de comenzar a talar árboles para construir sus casas. Con una misión junto al arroyo Dolores y un presidio al pie del actual Golden Gate nacía la ciudad de San Francisco:

El 27 a las seis y media de la mañana sali con la tropa del Parage de San Matheo, y a las once y media, sin alguna nobedad acampamos en el Puerto de San Francisco y Laguna de los Dolores. Desde este dia di orden al Sargento para que se la diese a la tropa de cortar Palos para la fabrica de sus cassas "

A modo de conclusión 


De la importancia de la fundación de San Francisco no es necesario dar más detalles. La ruta abierta por Anza desgraciadamente no permaneció mucho tiempo en uso pero de eso, que está relacionado con la muerte de Garcés y Rivera, hablaremos otro día.

Don Juan Buatista siguió cumpliendo órdenes, fue nombrado Gobernador de Nuevo Méjico y capitaneó una acción contra los comanches  en 1779 en la que pasó por el actual Pike's Peak (entonces "El Capitán" lo que me da excusa para poner el famoso y extraordinario video de Vatanen subiendo este monte). Anza murió en 1788 sin haber vuelto a California. 

Hoy en día su nombre es más que conocido en California, hay numerosas estatuas en su honor, parques, calles, colegios... y la ruta que siguió es una de las 19 National Historic Trails. No hace falta ni decir que pasa a engrosar la lista de viajes que nunca cumpliré, pero la ruta de Anza por Arizona y California se puede ver con todo detalle aquí y... no, no cruzó a Sausalito, pero quedaba bien en el título y, total, se quedó a  tiro de piedra. No cuesta demasiado imaginarse a Anza mirando hacia el norte desde el actual Fort Point y pensando: "Aquí habría que poner un puente"...

Un año después de fundar el presidio de San Francisco, Moraga fundó la primera ciudad de la zona: El Pueblo de San José de Guadalupe, actual San José (con tilde, incluso en inglés), cuyos habitantes tendrían la misión de desarrollar la agricultura y ganadería para abastecer el presidio y el puerto. San Francisco, como ciudad, creció después.

No es descabellado afirmar que los dos hombres que más han influido en que California, el estado más poblado y de los más prósperos de los EE.UU., sea lo que hoy es fueron Anza y Fray Junípero. Dos viajeros que compartieron campamento la noche del 27 de Abril de 1774 en algún lugar entre Santa Bárbara y Camarillo y que, seguramente, robaron horas al sueño hablando de la tierra en la que estaban y que habían abierto al mundo, de las posibilidades que ofrecía y de los colonos que a ella vendrían para hacerla próspera. Por la mañana, cada cual siguió su camino y continuó intentando cumplir su misión de la mejor manera que pudo y supo.

El resto, es historia o, si queréis: "el resto son historias" que no es en absoluto lo mismo.

Nos vemos.

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